sábado, 24 de septiembre de 2011

¡Espárragos, espárragos, se sirven en la mesa! ¡Espárragos, espárragos, para la tía Teresa!


Quien no haya visto Alf no entenderá el título de este post. De todos modos, no importa porque sí, este post va a hablar de lo rico que son los espárragos y de cómo es que estamos en la mejor época para comerlos. Si van a la verdulería verán que aparecieron los paquetes de espárragos nuevamente como así también las frutillas. Esto quiere decir que es época y que avanti con los largiruchos verdes.

Les había prometido mis croquetas de arroz yamaní (que no son perfectas como las hamburguesas de Amaranto). Vieron que a veces no da comer arroz todo el tiempo. A veces necesitamos comerlo de otro modo. Y lo mismo sucede cuando nos quedan esos restos de cereal en un tupper en la heladera. ¿Qué hacer? ¿Volver a recalentarlos? Lo mejor sería comprarse una arrocera pero mientras ahorramos para ello, mejor probar con las croquetas.

A las croquetas de arroz le podemos poner lo que nos guste para saborizarlas. En este caso yo le agregué cebollita de verdeo previamente salteada con un poquito de aceite y unos pedacitos de queso por salut (oh, no, infringí la ley otra vez, lácteos!). A la mezcla le agregamos un huevo y si queremos que no se desarmen por nada del mundo le agregamos harina. A mí no me importa que queden chuecas y prefiero no agregarles nada para que me queden sólo de arroz. Pero acá hay gustos para todo. Luego con la mano hacemos unos lindos bollitos y al horno por unos veinte minutos en una placa precalentada con un poquito de aceite.

¿Y las frutillas? AAAAAH. Eso es lo que les quería comentar. Las frutillas, mis amigos están.... en la ensalada. ¿Nunca probaron? ¡Son muy ricas condimentadas con pimienta! La ensalada que ven ahí contiene rúcula, zanahoria rallada, brotes de soja, remolacha rallada (sí, lo sé, estoy monotemática), y un mix de semillas de sésamo, lino y girasol.

Pruébenlas y luego me cuentan. Y si no se animan, bueno, quedan pa 'l postre y ya está.

jueves, 22 de septiembre de 2011

La clave es: ma non troppo


Insistimos con la remolacha cruda (espero que ningún macrobiótico muy estricto lea este blog y si es así... bueno, escuchamos sus opiniones al respecto). Y ya que me preguntaron voy a explicar por qué no es muy recomendable comer remolacha cotidianamente (y resalto esta palabra a propósito).

Primero que nada, la cocina macrobiótica no es muy fan de los alimentos crudos porque apagan el fuego del estómago. Hablando en occidental y cristiano esto quiere decir que los alimentos crudos son más difíciles de digerir que los alimentos cocidos y nos debilitan.

No es que no podamos comer nunca remolacha pero no está dentro del conjunto de las raíces principales que nos hacen bien como, por ejemplo, la zanahoria, el nabo, los rabanitos, la bardana. Todas ellas son raíces de carácter más bien Yang y nos dan fortaleza para afrontar el invierno y la primavera. A diferencia de la papa, batata y remolacha que tienen un carácter más Yin y nos debilitan. Pero esto no quiere decir que si alguien que goza de buena salud y quiere comerse una ensalada de papa, remolacha y huevo se vaya a enfermar. Sólo que traten de no hacerlo todos los días. Más adelante, podemos hablar un poco mejor de esto y ampliar qué verduras son preferentemente las más equilibradas.

Lo que ven ahí es una hamburguesa de arroz yamaní que además contiene calabaza, zanahoria y semillas de sésamo y lino. No la hice yo (no me quedan así de perfectas pero ya les voy a mostrar unas croquetas medio deformes riquísimas que ustedes pueden hacer y mejorar obviamente!). Esta marca se llama Amaranto y la consiguen en las dietéticas amigas. Tienen hamburguesas de arroz yamaní con varios ingredientes. Mezclan brócoli, zanahoria, tofu, cabalaza. Son geniales para sacarnos de un apuro si no hay tiempo para complementar nuestro plato con una porción de cereales integrales (ya saben, los cereales integrales: arroz yamaní, cebada perlada, mijo, quinoa, fundamentales para nuestros platos llevan su tiempo hacerlos). Vienen frizadas y, así como están, van directas al horno. En un periquete tenemos un super plato nutritivo que nos saca del paso si no tuvimos tiempo de cocinar.

A veces, hay que postear cosas prácticas porque como viene la vida hoy en día... mejor que existan estas opciones, ¿no?

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Primavera agarrate!


¡Viva el color y la expresión!
¡Vamos los sabores a flor de piel!
¡Vamos!

Así nomas, algo sabrosito, fácil, colorido y abundante. De eso se tratan últimamente los mediodías en esta casa. ¡Hay que florecer! ¡Y para florecer necesitamos alimentarnos bien, nutrirnos, regarnos!

Este plato luce:
-Rodajas de zapallo anco al horno condimentado con aceite de oliva, sal y pimienta.
-Mijo hervido en agua con sal y un poquito de curry. Espolvoreado con perejil picado y un poquito de ciboulette que Claudia nos regaló de la huerta. ¡Gracias!
-Ensalada de zanahoria rallada y remolacha cruda. Ok, no es macrobiótica, lo sé. Pero es taaaan rica y sabrosa. Taaaan rica condimentada con un poquito de vinagre. La mezcla del dulzor de la remolacha con el vinagre no tiene precio. Pruébenlo si no saben de qué estoy hablando.
-Brócoli hecho al vapor con ajo (el ajo también, al vapor, hecho junto con el brócoli). Es facilísimo de hacer y sabe muy bien!

Y ahora sí. Bon Apetit!