jueves, 22 de septiembre de 2011

La clave es: ma non troppo


Insistimos con la remolacha cruda (espero que ningún macrobiótico muy estricto lea este blog y si es así... bueno, escuchamos sus opiniones al respecto). Y ya que me preguntaron voy a explicar por qué no es muy recomendable comer remolacha cotidianamente (y resalto esta palabra a propósito).

Primero que nada, la cocina macrobiótica no es muy fan de los alimentos crudos porque apagan el fuego del estómago. Hablando en occidental y cristiano esto quiere decir que los alimentos crudos son más difíciles de digerir que los alimentos cocidos y nos debilitan.

No es que no podamos comer nunca remolacha pero no está dentro del conjunto de las raíces principales que nos hacen bien como, por ejemplo, la zanahoria, el nabo, los rabanitos, la bardana. Todas ellas son raíces de carácter más bien Yang y nos dan fortaleza para afrontar el invierno y la primavera. A diferencia de la papa, batata y remolacha que tienen un carácter más Yin y nos debilitan. Pero esto no quiere decir que si alguien que goza de buena salud y quiere comerse una ensalada de papa, remolacha y huevo se vaya a enfermar. Sólo que traten de no hacerlo todos los días. Más adelante, podemos hablar un poco mejor de esto y ampliar qué verduras son preferentemente las más equilibradas.

Lo que ven ahí es una hamburguesa de arroz yamaní que además contiene calabaza, zanahoria y semillas de sésamo y lino. No la hice yo (no me quedan así de perfectas pero ya les voy a mostrar unas croquetas medio deformes riquísimas que ustedes pueden hacer y mejorar obviamente!). Esta marca se llama Amaranto y la consiguen en las dietéticas amigas. Tienen hamburguesas de arroz yamaní con varios ingredientes. Mezclan brócoli, zanahoria, tofu, cabalaza. Son geniales para sacarnos de un apuro si no hay tiempo para complementar nuestro plato con una porción de cereales integrales (ya saben, los cereales integrales: arroz yamaní, cebada perlada, mijo, quinoa, fundamentales para nuestros platos llevan su tiempo hacerlos). Vienen frizadas y, así como están, van directas al horno. En un periquete tenemos un super plato nutritivo que nos saca del paso si no tuvimos tiempo de cocinar.

A veces, hay que postear cosas prácticas porque como viene la vida hoy en día... mejor que existan estas opciones, ¿no?

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